La realidad política ecuatoriana

Diógenes de Sinope buscando un hombre honrado

Rafael Correa fue uno de los presidentes más queridos de los últimas décadas, tanto que los vendedores de agua y de caramelos te insultaban si osabas criticarlo, y muchas personas estaban dispuestas a golpear a quien hable mal de su “salvador”.

Es que le creyeron cuando él se comprometió a dar trabajo estable a los trabajadores informales; a afiliar al IESS a las amas de casa; a que la Salud Pública sería para todos, y que habría dinero para todo esto -y más- porque sus funcionarios serían de «manos limpias».

Millones de ecuatorianos todos los días, antes de dormir y al levantarse, tenían pensamientos positivos a favor de su «salvador» quien los sacaría de la pobreza.

Estos ecuatorianos, sin saberlo, estaban usando la mayor fuerza del Universo a favor del presidente Correa, la Conciencia Colectiva, y le estaban dando un gran poder.

Pero el presidente Correa creyó que este poder lo podía usar como le diera la “regalada gana” y lo usó para controlar todas las instituciones de Estado, para atacar a sus detractores, para romper los periódicos que denunciaban a los burócratas que tenían las “manos sucias”.

Él creyó que el poder que tenía lo había logrado solo y no gracias a la Conciencia Colectiva de millones de ecuatorianos, por lo que no le importó incumplir sus promesas de campaña.

Creyó que con BLINDARSE bastaba para mantenerse en el poder.

Ahora la Conciencia Colectiva de millones de ecuatorianos le es adversa, el cariño de millones de ecuatorianos fue cambiando a medida que entendían que habían sido engañados, y actualmente ya no lo respetan.

Es parte de la naturaleza humana ser parte de un grupo selecto, por esto se forman clubes, barras, sociedades, gremios, pandillas, etc.

Esto lo llevamos en los genes porque desde antes de ser humanos aprendimos que al ser parte de un grupo tenemos más posibilidades de sobrevivir.

La mayoría de ecuatorianos estaban convencidos que eran parte del “Nuevo Ecuador”, pero ya entendieron que habían sido burlados, que el grupo del que creían ser protagonistas nunca existió, que solo había sido una estrategia de mercadeo para que le den su confianza al presidente Correa.

La consecuencia de esto es que actualmente millones de ecuatorianos se sienten desolados porque no tienen un grupo del cual ser parte importante.

«Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija» por esto actualmente millones de ecuatorianos «buscan un árbol al cual arrimarse» porque ya se dieron cuenta que el correismo resultó un engaño y sienten que peligra el futuro de sus hijos y nietos.

Esta es la tarea que tiene que asumir los líderes con trascendencia nacional, sean políticos conocidos o líderes de la sociedad no politizada.

Debido al incumplimiento generalizado del presidente Correa, actualmente Ecuador es terreno fértil para que nazca el nuevo líder o lideresa que formará el grupo que “Traiga la Democracia al Ecuador” del cual millones de ecuatorianos quieren ser parte.

La realidad política ecuatoriana actual es una actitud similar a la de Diógenes de Sinope, quien en pleno día usaba una lámpara para buscar una persona honrada, buscamos al político que sea el «árbol que nos de buena sombra».

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